El mundo entero y las y los ecuatorianos comenzamos esta semana con dos buenas noticias, finalizado ya el conteo de votos de la consulta popular sobre la decisión de no explotar un bloque petrolero en una parte neurálgica del Yasuní, el sí en todo el país alcanzó el 58.98%. De esta manera una pequeña parte de la zona más biodiversa del planeta, escúchese bien del planeta, no seguirá siendo afectada, así también los pueblos en aislamiento voluntario que viven en esta zona no seguirán viendo amenazada su existencia.
Así también, la consulta popular sobre si se debiese prohibir nuevas explotaciones mineras en la mancomunidad del Chocó Andino recibió la decisión afirmativa del 68% de las y los ciudadanos de Pichincha. Así el Bosque Andino, un ecosistema único en el planeta, con flora y fauna irrepetible, hogar del oso de anteojos, y fuente de agua pura y limpia para Quito no seguirá siendo perjudicada y contaminada.
No debemos olvidar que para llegar a estos momentos, las dos iniciativas ciudadanas de consultas populares tuvieron que sortear incontables obstáculos. La consulta popular del Yasuní debió realizarse en el lejano 2014 cuando el colectivo de Yasunidos y otros grupos de voluntarios recogieron más de 750 mil firmas, mismas que el Consejo Nacional Electoral (CNE) desconoció bajo distintas ilegales triquiñuelas y siguiendo las ordenes precisas del entonces presidente Rafael Correa.
La consulta del Chocó Andino tampoco la tuvo fácil, nace del impulso de las y los ciudadanos que viven en el Bosque Andino y sus alrededores, y luego de un largo proceso, varias presentaciones de las preguntas y rechazos ante la Corte Constitucional, además de conseguir las firmas necesarias y que estas sean validadas por el CNE, finalmente obtuvo la autorización para que sea el pueblo de Pichincha quien decida.
Las dos consultas populares tuvieron también que afrontar la férrea oposición del lobby de los representantes de empresas mineras e hidrocarburíferas, así también de ciertos periodistas y opinólogos que con cero imparcialidad y aprovechando su posición privilegiada de participación en medios de comunicación de gran alcance, difundieron toda clase de mentiras y falsedades, fabricando escenarios apocalípticos, todo ello para seguir lucrando de la explotación irresponsable e inclemente de la naturaleza en lugares donde nunca tuvo que realizarse explotación alguna. Mientras tanto el pueblo ecuatoriano vería migajas de los supuestos beneficios económicos, lo que si vería son las graves consecuencias ambientales y humanas que dejan atrás décadas de explotación.
La decisión de las y los ecuatorianos es enormemente relevante por múltiples razones. Primero que todo y la más importante salva incontables vidas humanas, animales y vegetales, conserva ecosistemas únicos que se hubiesen extinguido ante la presencia de nuevas iniciativas de explotación. Segundo, trae a la realidad varios postulados constitucionales, tales como el buen vivir y los derechos de la naturaleza, marcando con paso firme y dando ejemplo al mundo respecto a la posibilidad de encontrar nuevas formas de entender el bienestar y el desarrollo.
Por hoy festejemos, es muy merecido, pero el pueblo no debe de bajar nunca la guardia para que la decisión popular tomada en las urnas se respete y no sea desconocida por los poderosos de siempre.