El pasado 7 de agosto de 2024 falleció Nelson Iván Serrano Sáenz en un hospital de La Florida, Estados Unidos. Como cualquier fallecimiento se trata de una noticia triste, pero en este caso también es motivo de indignación. El señor Nelson Serrano murió sin alcanzar la justicia por décadas.
Para quienes no conocen su caso, a continuación, se presenta una síntesis de los hechos conforme la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. El señor Serrano era ecuatoriano de nacimiento, pero vivió la mayor parte de su vida adulta en el Estado de la Florida. De hecho, se nacionalizó en 1971, allí creó una empresa próspera, y luego se asoció con otras dos personas, George Gonsalves y Phill Dosso. El 21 de agosto de 2000 él ingresó a Ecuador usando su pasaporte ecuatoriano. El 17 de mayo de 2001 la Corte del Condado de Polk, Florida, ordenó su detención por el asesinato de cuatro personas en dicho lugar.
Se esperaría que en casos como este se hubiese respetado el principio universal del debido proceso y la presunción de inocencia, pero no fue así. El 30 de agosto de 2002, el Intendente General de Policía de Pichincha ordenó el arresto del señor Serrano, desconociendo su nacionalidad ecuatoriana, y basándose en que él era estadounidense (la extradición de ecuatorianos estaba prohibida). La orden se hizo efectiva a las 3h30pm del 31 de agosto de 2002. Las condiciones de detención fueron irregulares, pues a las 5h10pm se ordenó su prisión preventiva, a las 5h50pm se ordenó su juzgamiento, y a las 6h30 se dictó sentencia de deportación a Estados Unidos. Esta se notificó al director nacional de migración a las 7h45pm y trasladaron al señor Serrano al aeropuerto, en donde lo encerraron en una jaula para animales hasta las 7h00am. Momento en que lo enviaron en un vuelo comercial a Estados Unidos. Todo esto ocurrió con él incomunicado y con una dudosa defensa de oficio.
Pero en La Florida las cosas no iban mejor. La investigación penal y su juzgamiento estuvieron plagados de irregularidades que se descubrirían años más tarde, por ejemplo, la evidencia exculpatoria fue ocultada por la Fiscalía, e inclusive el policía investigador manifestó en un documental que sobornó policías ecuatorianos. En octubre de 2006 fue condenado a la pena de muerte. Por muchos años él y su familia lucharon infructuosamente por demostrar su inocencia. Las dilaciones, aplazamientos, y todo tipo de demora han sido la constante. Paralelamente, tanto Ecuador como Estados Unidos fueron encontrados responsables por los órganos del Sistema Interamericano de Derechos Humanos de violar los derechos civiles del señor Serrano.
Pese a esto, nada ocurría en el cuestionado sistema de justicia de La Florida. Y tristemente, nada ocurre hasta el día de hoy. Sus defensores seguirán buscando limpiar su nombre, pero al igual que el protagonista del cuento “Ante la Ley” de Franz Kafka, el señor Serrano no pudo ver en vida qué había más allá de las puertas de la Ley. Paz en su tumba.