Josué, Ismael, Saúl y Steven. Niños desaparecidos forzadamente en Guayaquil

Sonia Rodriguez Jaramillo
CEPAM Guayaquil

Cuatro niños desaparecidos en Guayaquil, el 8 de diciembre, por las fuerzas armadas es un acto injustificable, evidencia abuso y ratifica la criminalización de la pobreza y racialización. Niños negros, jugadores de futbol, estudiantes. Viven en Las Malvinas, uno de los barrios pobres, donde habita gente negra, linda, alegre, trabajadora. Los agarraron por correr en la calle, los golpearon, desnudaron y supuestamente los “dejaron libres” en Taura, no es claro si dentro o cerca del fuerte militar, a una hora de Guayaquil.

Uno de los niños le dice a su padre a través de una llamada del teléfono de un hombre que está con ellos que los recojan pronto, que los golpearon y desnudaron, que sino los entregaran a la mafia. La familia pone la denuncia, llegan con la policía, les dicen que allí no hay niños. Recién se allanó la base de Taura como parte de la investigación.

La militarización del país fue una decisión de las máximas autoridades para prevenir, controlar y desmantelar el brutal crimen organizado que nos acecha y que esta infiltrado en la economía y en las instituciones del Estado. Pero, para protegernos, sin cometer los excesos que escuchamos, algunos ya denunciados, aprensiones injustificadas, maltrato, violencia, crímenes extrajudiciales, muertes colaterales. Quienes sufren estos excesos, solo cuando hay organizaciones que los acompañan y apoyan pueden sostener procesos de investigación y lograr algo de justicia. La ciudadanía, los familiares, vecinos se movilizaron el 23 de diciembre en un plantón frente a la Fiscalía para exigir respuestas.

Las versiones de las autoridades, dan vergüenza y horror. Felizmente hay videos que muestran a los militares agarrando y golpeando a los niños al subirlos a una camioneta. Los niños o aparecen. Obviamente están encubriendo los excesos de los militares que cometieron este delito y seguramente otros casos.

El crimen organizado no se combate armando militares, policías y lanzándolos a las calles a violentar a la población, ellos son garantes de derechos. Se combate con investigación, depuración de los implicados en las organizaciones como policía, militares, banca, justicia, funcionarios públicos.

Para erradicar la criminalidad, el narco tráfico, necesitamos invertir en educación, salud, trabajo, arte, descanso y recreación precisamente en los barrios más pobres. No más criminalización y racialización de la pobreza
A Josué, Ismael, Saúl y Steven, vivos se los llevaron, vivos los queremos.